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Naiara Díez: “No creemos que tengamos límites”

Prácticamente acaba de cumplir 28 años, es muy joven, está en su plenitud como jugadora de baloncesto, pero por su curriculum es toda una veterana en la Liga Femenina con 7 temporadas en la máxima categoría del baloncesto estatal. Natural de Alsasua, es ya una gernikarra más y una de las capitanas del equipo. Conocemos un poco más a Naiara Díez y su valoración del momento que atraviesa tanto el Gernika Bizkaia y ella a título personal.

Navarra, de Alsasua, de una “Muy Ilustre Villa” de apenas 8.000 habitantes. ¿Cómo decides jugar a basket? ¿Hay tradición familiar o el PMD Alsasua es un histórico del baloncesto navarro?

Empiezo a jugar a basket con 7 años porque en Alsasusa había tradición de basket y en mi familia siempre he visto el basket, mi aita era árbitro, siempre ha sido una familia muy deportista y me apuntaron con el grupo de amigas.

En cadete de segundo año pasas ya al Ardoi, uno de los clubes más potentes de Navarra, pero a 50 kilómetros de casa, ¿cómo decides dar ese paso?

Siendo cadete de segundo año me hicieron ficha júnior a partir de la segunda vuelta. En esa  primera parte iba y volvía. Me gustó el proyecto, la forma de trabajar y con 16 años dejar Alsasua era una oportunidad importante para dar un salto calidad.

Ya los dos años siguientes, los de Júnior estuve en la residencia de deportistas Fuerte del Príncipe de Pamplona donde hice los dos años de bachiller.

Y poco después, cuando pasas a ser senior se fija en ti el Basket Zaragoza y no tardas en debutar en LF con 19 años en el Mann Filter Zaragoza. ¿Cómo fue ese salto?

Ganamos la liga júnior con Ardoi y fuimos al sector en Alagón (Aragón). De ahí tuve la suerte que estaba Álex Cebrián que en aquel momento era técnico de Mann Filter y recibí la llamada de un club histórico como el Basket Zaragoza. Es un tren que no puedes dejar escapar y Álex es un grandísimo entrenador así que no tuve ninguna duda. Además empezaba la carrera, magisterio también había en Zaragoza así que con 18 años no tuve ninguna duda en decidir. Por todo ello le doy las gracias a Álex porque sin él no hubiera podido dar el salto.

¿Cómo valoras tu paso por tierras zaragozanas?

Muy positivamente. Llegar con 18 años en la LF en aquel momento era difícil. Tener minutos en el primer año era complicado, no gocé de oportunidades. En ese equipo estaban, entre otras, Radmusen, McCarville, y en los entrenos mejorabas aunque no se viese reflejado en minutos. Competir en día a día con esas jugadoras me hizo mejorar y madurar y no me arrepiento para nada. Poco a poco en los siguientes años fui contando con más minutos. Después de 4 años mi etapa acabó.

De ahí regresas a tierras navarras para enrolarte en el ambicioso proyecto del Obenasa Navarra en LF2 y logras el ascenso en Vilagarcía. ¿Fue más fácil de lo esperado?

Era ilusionante volver a un proyecto ambicioso que quiere subir a LF y que además es el equipo de tu tierra. Más aún cuando vuelves a coincidir con una amiga como Asurmendi. Con los ojos cerrados dije que sí.

A partir de ahí teníamos el objetivo de ascender, o por lo menos ir a la Fase de Ascenso. Teníamos un equipazo. La Fase no fue fácil, pero con el equipo que teníamos éramos favoritas y no podíamos aspirar a otra cosa.

En el Obenasa completas en el curso 11/12 tu mejor campaña en LF promediando 20 minutos y 4,4 puntos. ¿Qué circunstancias se dieron para que ello se produjera?

El entrenador tenía confianza en mí, yo me encontraba a gusto, físicamente estaba bien y salían las cosas. No había un motivo especial para ello. El equipo era una piña y poco a poco acumulaba experiencia y más conocimiento de la LF.

Las dificultades económicas acaban con el proyecto de Obenasa. ¿Fue muy duro realizar una temporada tan magnífica que os lleva a jugar play-offs y sin embargo desaparecer?

El último año de Obenasa fue una de las mejores experiencias que tengo junto con el ascenso de Gernika porque éramos una auténtica familia, fue un año rodado. Entramos en play-off, no nos lo imaginábamos a principio de temporada. Realizar una campaña tan buena y que de haber seguido todas las jugadoras hubiéramos renovado , la desaparición fue una decepción y tristeza porque te das cuenta que lo económico está por encima de lo deportivo.

Y de nuevo decides dar un paso atrás para después dar dos hacia delante. Firmas por el Gernika Bizkaia en LF2. ¿Por qué eliges el conjunto gernikarra?

Quería recuperar sensaciones como jugadora, y el proyecto de Gernika es un proyecto muy familiar, trabajador, humilde, y que me aportaba muchísimas cosas y creía que era el sitio adecuado para poder volver a ser feliz en el baloncesto. A Mario lo conocía de la selección de Euskadi y es un entrenador que trata de sacar lo mejor de cada jugadora y eso me ayudó muchísimo a venir aquí y no me arrepiento.

Y la pasada campaña lo bordas con 14,2 puntos de media y 5,5 rebotes de promedio, con magníficos porcentajes en triples…y el equipo asciende. ¿Qué encontraste en Gernika para poder rendir a tan altísimo nivel?

La confianza de Mario, el núcleo de jugadoras que me hacían sentir importante, me buscaban en ataque y gracias a ellas pude hacer esa temporada. También fue fundamental que la gente de Gernika me tratara como si llevara aquí muchísimo años , no parecía nueva y las sensaciones que tenía eran muy positivas y disfrutaba de minutos y confianza.

Y aunque las comparaciones son odiosas, ¿fue muy diferente el ascenso con Gernika al ascenso con Obenasa?

Sí, porque el año de Obenasa teníamos esa presión que el objetivo era ascender y el año de Gernika teníamos la ilusión de ir a la Fase, primero de disfrutar de esa experiencia porque era nueva para muchas del equipo y segundo no dejar de creer y soñar. Éramos un equipo muy humilde que va a la Fase a hacerlo lo mejor posible.

Tras el ascenso el recibimiento de la afición y el pueblo fue espectacular. Cosas como esas y en el día a día el trato con jugadoras del club, entrenadores, los txikis de la ikastola, aitas, amas, aficionados que te animan por el pueblo, me hacen sentir como en casa. Además tenemos una afición muy fiel que crea un ambientazo en cada partido y que llena Maloste en cada partido.

Esta temporada te estás acercando a tus mejores números en LF, estás por encima de los 4 puntos. Pero además estás en un momento muy dulce porque en los últimos tres encuentros has firmado 8 puntos, así ha sido ante Conquero, Gran Canaria y Rivas. ¿Ha cambiado algo de otros momentos de la temporada a este?

Estos últimos partidos yo sigo trabajando de la misma manera y físicamente sí que me encuentro mucho mejor, los minutos que me está dando Mario los estoy aprovechando e intento disfrutar de los momentos que estoy en el campo y no cortarme a la hora de hacer tiros o jugar a canasta.

Cuerpo técnico, compañeras e incluso espectadores valoran mucho tu carácter, tu lucha, tu trabajo, tu profesionalidad…, y eso no aparece en las estadísticas…

Eso es algo que me han inculcado desde pequeñita, que a base de trabajar se pueden conseguir las cosas o al menos estar más cerca de lo que te propongas. En la vida y en este caso el baloncesto lo que haces tienes que hacerlo a tope y la entrega, el sacrificio, el trabajo, el compañerismo y el no pensar que llegas a tu casa y te has dejado algo dentro son unos valores que me han ayudado muchísimo en el baloncesto y en mi vida en general.

Aunque no aparezca en las estadísticas esas cosas me satisfacen más, y al final es lo que la gente valora más que los propios números.

Precisamente por todo lo que aportas dentro y fuera de la cancha eres una de las capitanas del equipo

Sí, agradezco mucho la confianza de Mario y también tengo la suerte de compartir capitanía con Judith Monasterio, una gran jugadora y mejor persona. Además tenemos tan buen ambiente que es muy fácil ejercer de capitana.

Tu implicación con el club va más allá de tu labor en el primer equipo porque también entrenas al equipo infantil que está jugando en especial en los puestos del 1º al 8º. ¿Qué me dices de las peques?

Siempre me ha gustado entrenar y este año me han planteado el reto de tener una generación que tiene ganas de trabajar y mucha calidad. Estoy encantada con ellas y de poder enseñarles cosas que he podido aprender y me han podido servir para llegar donde estoy. Me encanta enseñar baloncesto, me satisface muchísimo el que absorban las cosas que tú les dices.

Y además entrenas en Allende Salazar a los mediodías a niñas de 1º y 2º. ¿Qué te aportan y qué les das?

Están empezando, estamos metiendo nociones básicas, el objetivo es que se diviertan, que hagan deporte, que entiendan lo que es el compañerismo, el equipo…

De las pequeñas a las más mayores, el Gernika Bizkaia está haciendo una magnífica campaña en LF. ¿Cuál es la clave?

La clave está en haber mantenido el núcleo del año pasado y el haber acertado con los fichajes. De esa mezcla ha salido un equipo que no tiene límites, que es ambicioso, que trabajamos todas en la misma dirección y que una vez conseguido el objetivo que era la permanencia tenemos la ilusión de poder ganar partidos sabiendo que tenemos el cuarto puesto al alcance de nuestra mano.

Actualmente quintas y luchando por los puestos de play-offs, ¿dónde ves al equipo el 28 de marzo?

No lo sé. Dónde me gustaría verlo sí que lo sé, en la cuarta posición, por supuesto, porque demostraría que hemos hecho las cosas muy bien y que no creemos que tengamos límites. Pero el 28 de marzo nos dirá donde realmente tenemos que estar, si es cuartas, encantadas, y si es quintas es porque así lo merecemos.

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